sábado, 23 de junio de 2018

Dos mil metros de desnivel de Puente Poncebos a la cumbre del Trave.

Desde el mes de Abril teníamos pendiente la ascensión al Cueto Noroccidental del Trave desde Puente Poncebos, pero debido al invierno y la primavera tan pródigos en precipitaciones que hemos disfrutado, y como lo queríamos hacer sin tener que cargar con el material de invierno, nos habíamos plantado en el mes de Junio ya abanzadito sin poder realizarla. El pasado sábado día 23 por fin nos lanzamos a saldar la deuda y dejar actualizado nuestro calendario de marchas de este año.

Los cuatro que nos apuntamos en Puente Poncebos, dispuestos a superar los dos mil metros que nos separaban de la cumbre.

Nos metemos en la canal del Tejo camino de Bulnes. A nuestras espaldas vemos el pueblo de Camarmeña iluminado por el sol mañanero.

José Luis con la canal de Bobias por donde se accede a la majada de Ondón al fondo.

Ya vemos el barrio del Castillo de Bulnes, por donde tenemos que pasar.

Pasando por el puente de Colines, donde se separan los caminos que dan acceso a los dos barrios de Bulnes

Llegando a Bulnes.

Dejamos atrás el barrio de arriba de Bulnes y nos dirigimos hacia la canal de Amuesa.

Conan, el perro de José Luis que aún no esta en su plena forma, se siente aliviado cuando su dueño lo carga en la mochila. 

La canal de Amuesa se hace dura sobre todo en su parte superior, donde la vista engañosa de su parte final, hace que parezca no llegar nunca.

Tras la parada obligada en la fuente que hay unos metros antes de llegar al collado de Cima, por fin llegamos al final de esta larga canal. con el pueblo de Bulnes casi ochocientos metros por debajo.

Desde el Collado de Cima vemos lo que nos queda hasta la cumbre del Trave. No parece mucho, pero son otros ochocientos metros.

Vamos superando la cuesta del Trave con el cansancio acumulándose en los cuerpos. Hoy parece que a todos nos afecta este mal.

Pero con constancia y perseverancia, poco a poco nos vamos acercando al pie del último tramo de 400 metros y que es bastante más píndio.

La ventaja que tiene es que se ganan metros con rapidez.



Una paradita para coger impulso. Ya solo 200 metros para la cumbre. ¡Hace falta mucha capacidad de sufrimiento!

Los últimos tramos se ponen aún más verticales y tenemos que echar un poco las manos, pero con muy buena roca donde se agarra muy bien la bota.



Por fin llegamos a la arista final con unas vistas espectaculares, tanto del macizo central hacia la zona de Cabrones, como del Occidental con el abismo del Cares separándolo del central.

El último esfuerzo. Al norte se ve el horizonte del mar Cantábrico.

La foto de cumbre. Los cinco bien arrejuntaitos.

Rápidamente nos ponemos a comer que ya hay mucha hambre.

Otra foto de cumbre.

Mucha nieve queda aún por el Occidental.

También por la zona de Cabrones.

El pueblo de Caín. Casi dos kilómetros en vertical nos separan de el.

Enseguida para abajo que aún nos queda descender los dos mil metros que hemos ascendido.. Magnífico fondo. El Cuetón, la sierra de Cuera y como fondo el mar Cantábrico.

El primer tramo con mucha concentración, ayudándonos un poco con las manos.


Hoy el día está para sacar bonitas fotos. La Peña Maín por detrás de José Luis.


Aquí el fondo lo forma los Albos y el Neverón de Urriello.


Ahora la cuesta del Trave se desciende mucho mas rápidamente que en el ascenso

Mucho colorido ha dejado la primavera por todos los sitios.

Llegando a la majada de Amuesa, en donde enfilaremos el descenso de la canal de Amuesa.

La bonita tarde que disfrutamos nos ofrece estos juegos de luces y sombras.

En la parte final de la canal, con ganas ya de llegar a Bulnes para "atacar" a las jarras de cerveza.

Y una ración de chorizo a la sidra, y una tabla de quesos, ¡que paga Chema para celebrar su cumpleaños!

La tarde hace honor al día que hemos disfrutado.

Por últimos uns muestra de los regalos que nos ofrece la naturaleza en esta época primaveral.



domingo, 17 de junio de 2018

Alto la Varga, Peña Redonda, Ruesga

En esta ocasión nos pusimos domingueros para llegarnos hasta el Alto la Varga y realizar toda la cresteria que desde este mirador enlaza con la cumbre de Peña Redonda. Magnífico día de montaña tuvimos, con una temperatura muy agradable para caminar.
A sugerencia de Faustino, dejamos un coche en el pueblo de Ruesga junto al pantano del mismo nombre, con la intención de realizar una bonita y exigente travesía.

Victor, José Luis, Faustino y el que suscribe, más Conan y Keko en representación canina, fuimos los que disfrutamos/sufrimos este estupendo día de montaña.

Al poco de comenzar, se nos muestra la esbelta y siempre espectacular figura del Espigüete.

Nuestro objetivo del día con los frondosos bosques que pueblan su vertiente norte.

Toda la vertiente sur del Curavacas se nos muestra majestuosa.

También vemos el pueblo de la Lastra.

La arista este del Espigüete, para mi, la ascensión mas gratificantes de toda la cordillera. 

Por nuestra izquierda vamos dejando atrás el pueblo de Rabanal  de las Llantas, que parece ser devorado por el frondoso bosque que lo rodea.

Al pie del Espigüete, vemos el pantano de Camporredondo con el pueblo de Alba de los Cardaños en su orilla.

La naturaleza busca cualquier rendija para abrirse paso.

La inmensa llanura castellana se pierde en el horizonte.

Aquí nos paramos a tomar las once. Un mirador muy gratificante.

Al norte vemos la Mesa de Peña Labra y el Pico Tres Mares.

Un grupo de venados se pasea unos metros por debajo nuestro.


Conan realiza algunos tramos del recorrido montado en la mochila.

Continuamos recorriendo el bonito cordal para ir acercándonos al punto culminante del mismo.


Los bonitos valles que vamos dejando a nuestra izquierda.


De izquierda a derecha, Hoya Continua, Curruquilla y Curavacas.

Llegamos al pie de Peña Redonda y nos disponemos a afrontar los últimos metros para pisar su cima.

El pueblo de Santibañez de Resoba.

Este es San Martín de los Herreros.

Pese a la lejanía, a Peña Labra se la ve con mucha nitidez.

La vertiente sur del cordal de Peña Redonda, donde se inicia la inmensa llanura de la meseta.
Al llegar a la cumbre nos encontramos con la grata sorpresa de encontrarnos en ella a nuestro amigo Justo, que sin saberlo, había tenido la misma idea que nosotros de ascender a esta montaña. Había acudido a ella desde su pueblo con unos amigos.



Tras la sorpresa y después de un agradable cambio de impresiones, iniciamos el descenso. Justo y sus amigos hacia el sur, y nosotros hacia el noreste, para ir en busca del cordal que nos llevará hacia el pueblo de Ruesga.

Dejamos a nuestra derecha el valle de Tosande, donde en la parte baja del mismo, se encuentra el famoso bosque de tejos.

Este primer tramo del cordal, nos crea dificultades para encontrar el camino mas cómodo y la dirección adecuada. Nos lo recompensa la belleza que nos ofrecen estos parajes.



Tras un rato de deambular por la crestería, damos vista al pueblo de Ruesga donde terminará nuestra aventura de hoy. 

Pero aún nos queda superar un tramo bastante escabroso, antes de descender al fondo del valle, donde el caminar resultará mucho mas placentero.

El parador nacional de Fuentes Carrionas, situado en un paraje de singular belleza.

Nuestro recorrido de hoy llega a su fin cuando llegamos al pueblo de Ruesga, donde en la mañana habíamos dejado el coche de Faustino. Victor y yo esperamos a que el y José Luis regresen de recoger la furgoneta de José Luis con la que subimos hasta el inicio de la marcha.
A continuación tenéis un pequeño vídeo que os dará una visión mas completa de lo que fue este bonito e interesante recorrido.